jueves, 11 de noviembre de 2010

RUTA DE LOS CASTAÑOS DE CALABAZAS

Es una de las rutas más bonitas que se pueden hacer en esta época de otoño, por la diversidad de colores verdes, rojizos, marrones y ocres que acompañados por los rayos de sol que penetran entre los castaños y robles forman un espectacular paisaje otoñal de colorido y brillo.
Esta ruta se inicia en la localidad de Castañar de Ibor, la primera parte del recorrido es una ascensión de 3km aproximadamente al Puerto de Postuero, atravesando por una zona de bosques de castaños, paleras y algunos huertos, acompañados de un riachuelo donde nos llama la atención los impresionantes contrastes de colores, donde destaca el color amarillento del castaño.
               Desde el Puerto se puede observar un gran cambio paisajístico ya que nos adentramos  y cruzamos por un bosque de robles muy bien conservados que mezclado con el colorido verde primavera de sus primeras hierbas parece estar sacado de un cuento de adas. Al final de este bosque nos encontramos con los primeros Castaños de Calabaza que forman un conjunto de 17 castaños centenarios y un quejigo de gran belleza, conocido como Quejigo de la  Fuente. De todos los castaños centenarios cabe destacar el gran sistemas de raíces (radicular) que soporta el enorme peso de su copa.
                Llama la atención un legendario castaño hueco, que debió inclinarse como consecuencia de un deslizamiento de las pedreras. Se ha construido un pequeño muro de piedras junto a la base del tronco hueco, que permitió que el árbol sirviera como refugio de pastores y caminantes.
               Todos estos castaños situados a lo largo del arroyo están declarados como Árbol Singular.
               Seguidamente y para terminar la ruta se puede visitar  una espectacular chorrera conocida como la Chorrera de Calabaza. Para llegar desde los castaños hasta la chorrera pasaremos por una estrecha vereda rodeada de zarzales y helechos también nos vamos encontrando diferentes  árboles donde destaca un ejemplar de enebro, algunos ejemplares de loros dispersos por el cauce del arroyo. Al llegar a dicho lugar sorprende la espectacularidad de las vistas que hay, un gran valle de monte bajo y al fondo la Sierra de Gredos que ya cuenta con sus primeras nevadas.
               Durante toda la ruta se puede observar una gran variedad micológica (parasoles, boletus,  amanita muscaria….) que hay en el lugar.
               El regreso se realizará por el mismo lugar.


 


 

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